El ransomware ha llegado oficialmente a la sociedad. Los dramáticos titulares anuncian los últimos ataques y los medios de comunicación destacan los asombrosos rescates que pagan las empresas para recuperar sus datos robados. Y no es de extrañar: los ataques de ransomware van en aumento y el pago medio de rescates se ha disparado a más de 200.000 dólares.
Pero el verdadero coste del ransomware puede ir más allá de los pagos que acaparan los titulares. El golpe a la reputación de una empresa puede ser duradero, al igual que el efecto del tiempo de inactividad prolongado. Y más del 15% de las empresas nunca recuperan sus datos. Es más, algunas empresas pierden sus datos aunque paguen el rescate.
Estas son las malas noticias. La buena noticia es que estamos comprendiendo mejor cómo se producen los ataques de ransomware. Aprender cómo el ransomware se cuela en nuestras vidas personales y empresariales es la clave para protegernos.